En Guatemala solamente el 56% de los estudiantes viviendo en las areas rurales se gradúan de del sexto grado en la escuela primaria. Y solamente un 30% de los estudiantes logran leer de acuerdo a los estándares nacionales estipulados para la lectura. El cierre de las escuelas debido al COVID-19 ha venido a exacerbar estos problemas. En EEUU, computadoras y WiFi son mucho más accesibles, y este no es el caso en Guatemala, especialmente en las areas rurales. Y debido a esto ¿Cómo es posible que pueden los niños continuar con su educación durante la pandemia?
Durante el cierre de las escuelas en marzo del 2021, el Ministerio de Educación, a nivel nacional inició las clases televisadas. A cada grado se le ha asignado un período de 30 minutos, tres días a la semana. En esa media hora se integran nada más 15 minutos de lecto-escritura, y 15 minutos de matemáticas.
Lucy, directora local de Mil Milagros, tiene dos niños pequeños. Su hijo Leisser de 8 años, ve las clases televisadas pero se le hace difícil seguir el programa de estudios.
‘Después de cada clase, le pregunto qué aprendió’ dice Lucy. ‘Frecuentemente me responde que no entendió la clase o que la maestra estaba refiriéndose a un libro que él no tenía’. Posiblemente en la ciudad ellos tienen esos libros pero no en las areas rurales’.
Para comprender por qué un estudiante como Leisser no pueda entender el contenido de alguna de sus clases, aún cuando esté viendo a su nivel de grado, necesitamos enfocar en la disparidad que existe entre estudiantes indígenas y los no indígenas. Por ejemplo, únicamente el 14% de estudiantes de los estudiantes indígenas alcanzan las normas de los estándares de matemáticas comparados al 30% de los estudiantes no indígenas. Y el cambio al contenido remoto vía televisiva está agudizando el problema.
Los niños indígenas viviendo en la Guatemala rural están siendo gravemente afectados por un sistema escaso de fondos y recursos. El gobierno de Guatemala provee menos del 3% del presupuesto en educación a las areas rurales, y particularmente aquellas en desventaja. Las comunidades reciben una cantidad minima para gastos en educación. Anualmente los docentes reciben Q.240. para materiales didácticos y Q56. por estudiantes para materiales de consumo escolar. Estudiantes en areas rurales afrontan desventajas por la falta de un presupuesto adecuado y otros recursos, además requieren de una atención extra y de aquellos recursos que les ayudarían a alcanzar los estándares a nivel nacional.
No solamente se trata de la reducción en el horario de clases, muchos padres no están equipados para proveer educación académica en sus hogares. En Santa Lucía, Santos, madre de tres niños nunca estudio la escuela primaria, no puede leer o escribir. Sus niños han estado viendo las clases televisivas, pero tiene preguntas las cuales ella no puede responder.
Ella no es la única, en el departamento de Sololá, donde se localiza Santa Lucía, el 31% de adultos no saben leer y escribir. El promedio de las mujeres indígenas solamente alcanzan tres años de educación. Madres como Santos desean ayudar a sus hijos, pero su carencia de educación la limita.
Mientras las clases televisivas dejan mucho que desear, muchos de los docentes en Santa Lucía han continuado apoyando a sus estudiantes en diversas maneras. Ellos no tienen los recursos para impartir clases en linea dado que las areas rurales carecen de los medios para obtener acceso a la mismas.
‘Ellos/as están buscando las maneras de apoyar a sus estudiantes para que no se atrasen’, comenta Lucy. En nuestra escuela asociada en Chuijomil, el profesor Joel, se mostró muy interesado en los videos de lecto-escritura que el equipo de Mil Milagros ha estado compartiendo, y se ha motivado a producir sus propios videos para sus estudiantes.
Dado que en Guatemala se ha comenzado a abrir negocios y oportunidades de viajar, es probable que las escuelas inicien sus labores el próximo año. En cada una de las escuelas asociadas a Mil Milagros, estudiantes y docentes están equipados con los recursos educativos necesarios- materiales didácticos y materiales de consumo escolar, libros, provisiones de higienes y agua potable. Y estos resultan esenciales a los estudiantes para poder salir adelante y así lograr sus metas académicas.