Santos nació en extrema pobreza, y sus padres, económicamente no pudieron enviarla a la escuela. Ahora como madre líder de Mil Milagros, puede compartir sus sueños con sus hijos.
Por haber nacido en una vida de pobreza extrema, Santos era muy tímida. Nunca asistió a la escuela porque su madre necesitaba apoyo con las tareas diarias en la casa. “Si teníamos la comida, era un huevo partido entre cuatro personas. Y si no la teníamos, solo comíamos agua tibia con sal,” ella nos compartió. Santos limpiaba los hogares de otras personas, trabajando diez horas al día mientras que en secreto, ella soñaba con llegar a ser médica. Ganaba $8.00 al mes, una cantidad que usaba para comprar los zapatos o comida para la familia.
Hoy, Santos orgullosamente apoya a su hija, una chica que tiene diez años, y su sueño de ser pediatra. Santos está preparada para sacrificar todo lo necesario, un gran reto porque su esposo gana $7.00 al día trabajando en agricultura. Santos, actualmente, sueña con alcanzar a un mayor número de madres en su comunidad y más allá.
Aquí está su historia: