‘Por Mil Milagros, he aprendido a ser una mejor madre...Y tengo más confianza en mí misma’.
Carolyn Daly, Ejecutiva Directora de Mil Milagros, comparte la historia de Bibiana, madre lider quien la inspira.
Hoy quiero compartir con ustedes la historia de Biviana. Ella vive en una pequeña comunidad en lo más recóndito de Santa Lucía Utatlán, es madre de de dos niños pequeños. Hace más de tres años, Ella comenzó a participar en el programa de Desarrollo del niño a una edad temprana.
Recuerdo haber participado en uno de los talleres cuando Cristy, era la coordinadora de ECD. Ella estaba hablando con las madres acerca de qué alimentos darle a sus bebés cuando había que proporcionarles alimentación complementaria y durante sus primero dos años. Biviana estaba al borde de su silla, hizo varias preguntas, y luego se ofreció como voluntaria para repartir todas las participantes, los paquetes de Incaparina (bebida compuesta de nutrientes fortificados que se sirve caliente). Ella no era una madre líder, pero por seguro, se conducía como tal.
Al concluir la reunión, pregunté a Cristy acerca de Biviana.
‘Es nueva,’ respondió, pero pienso que podría ser una madre líder voluntaria, camina una hora para llegar acá, y nunca se ha perdido una reunión.
Poco después, se presentó la oportunidad de capacitar a 10 madres lideres de nuestras comunidades con la participación de nuestra organización aliada ‘Parenting Journey’ con el fin de que se graduaran como facilitadoras un programa de educación para padres. Las lideres participarían en un programa intenso de una semana de duración. En Guatemala, esto significaba un gran evento para las madres quienes tendrían que dejar a sus niños en casa los días a participar en la capacitación y así certificarse como facilitadoras, co-liderando otros grupos de madres por medio del programa.
A Biviana no se la había nombrado como madre líder, pero estábamos seguras que deseábamos su participación. Un día me senté junto a ella, le expliqué acerca del programa. Le expliqué que la considerábamos como una líder y que nos gustaría ofrecerle esta oportunidad de participar. Ella lloró.
‘No sabe lo que esto significa para mí,’ me dijo. ‘He estado orando junto a mi esposo para que algún día, un ángel viniera y me ayudará para ser una mejor madre.’
Biviana participó con todo su corazón, posiblemente la cualidad de ella que más admiré durante el adiestramiento. Ella se río, lloró y compartió sus retos. Y se graduó como facilitadora del programa de ‘Parenting Journey (La travesía de ser padre)’. Ella comenzó co-facilitando a grupos, con miembros del equipo de MM, enfocando como ejemplo de cambio en su historia personal para otras madres.
‘Por Mil Milagros, he aprendido a ser una mejor madre,’ ella comparte con en su comunidad en reuniones con otras madres, quienes participan semanalmente en un curso de 12 semanas de duración. ‘Me esposo me dice que ha notado la diferencia.’ ‘Tengo más paciencia, y escucho a mis hijos.’ ‘Y tengo más confianza en mí misma’. ‘Ustedes pueden lograr estos cambios también.’
Debido a su liderazgo y aprovechamiento, Biviana fue seleccionada como madre representante de su comunidad y de MM, ante el Comité municipal el cual está integrado por un grupo de docentes, madres y miembros del Consejo municipal. Ellos se reunieron semanalmente por varios meses con el fin de presentar una propuesta para lograr cambios sostenibles y transformadores para Santa Lucía Utatlán. La preparation de la propuesta llevó varios meses para presentársela al alcalde de Santa Lucía con el fin de que apoyara a sus comunidades, con entrega de fruta una vez por semana y tanques para guardar agua en cada una estas.
Y ¿Quién presentaría la propuesta al alcalde? Santa Lucía, como la mayoría de la Guatemala rural, tiene un largo camino por recorrer con la igualdad de género. El alcalde y la entera corporación municipal está integrada por hombres. Así mismo en la mayoría de Consejos comunitarios, todos son hombres. Históricamente, la voz de las mujeres no se toma en cuenta. Y cuando Biviana alzó su mano, me sentí sorprendida y feliz.
Biviana ensayó su presentación. Cuando se acercó el momento, se mostró segura de sí misma, frente a una fila de hombres y el alcalde en el medio, y explicó la necesidad en sus comunidades y la propuesta para la financiación. El alcalde le agradeció e indicó que estudiarían la propuesta.
Después, le pregunté a Biviana que cómo se había sentido. ‘Estaba temblando ¿Pudiste notar que estaba temblando?
‘No’ le dije, sonriendo.
'Nunca antes podría haber hecho esto.’ dijo.
Estuviste increíble,’ le dije.
Y una semana después, el alcalde nos informó que no estaría asignando Q65,000 ($8,700) para la fruta y los tanques para el agua para todas las comunidades de MM. Biviana lo había logrado.
La historia de Biviana, para mí significa mucho, pues demuestra todo lo que representa Mil Milagros. Si bien es cierto que proveemos recursos esenciales a las comunidades y familias, pero también descubrimos que a lo mejor ni sabían que podrían llegar a ser lideres. Y ella/os producen admirables resultados para sí misma/os, sus familias y comunidades en Santa Lucía Utatlán. Yo podría argumentar que Biviana ha transformado a Santa Lucía Utatlán. Y con su ayuda se ha a lograrlo ¡Gracias!